Hermanos

No sabía muy bien sobre qué escribir esta semana. ¿Mi acompañamiento a la excursión de Daisy Scout? ¿El final del año escolar? Bueno, se me ocurrió el domingo por la tarde cuando Lillyana se quedó con el trasero atrapado en un balde. Sí, has leído bien. Su trasero quedó encajado en un balde de cinco galones que los niños habían llenado con agua y con el que estaban jugando.

Ella se reía histéricamente. Todos nos reíamos. Entonces sucedió algo increíble. Su hermano se acercó para ayudarla a salir. Déjame decirte que su trasero estaba bien encajado allí, y fue su hermano de casi 4 años quien vino al rescate.

Cuando nos enteramos de que estábamos esperando un niño como nuestro segundo hijo, tengo que admitir que estaba nerviosa. Crecí con una hermana como hermana. Mi madre viene de una familia de seis niñas. ¿Cómo se las arreglaría Lillyana con tener un hermano?

Ahora me he dado cuenta de que nunca hubo motivos para preocuparse. Se llevan bien como siempre lo hicimos mi hermana y yo. Juegan bien juntos. Disfrutan de la compañía del otro y, lo más importante, se ayudan mutuamente cuando es necesario.

Fue papá el que tuvo que sacarla, mientras todavía nos reíamos, pero las pruebas fotográficas muestran que el verdadero héroe fue aquel a quien ella a veces llama "una plaga". Hermanos, siempre ahí, especialmente cuando tu trasero está atrapado en un balde.

-Vanessa

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